Diario de un conejo...

Y a todo esto, miró el calendario que tenía hojas sin arrancar desde un 4 de mayo.. se sentó en el sofá, tomó un sorbo de café e intentaba recordar lo que había sucedido cada uno de esos días hasta la fecha.. mientras iba pasando una a una las hojas, recordaba las sonrisas, los besos, los abrazos y cada uno de los minutos que pasaron juntos, no fueron muchos, pero bastaron para que cada uno de ellos, se volviera un recuerdo maravilloso y un anhelo por volverla a encontrar algún día...

Tomó el teléfono, marcó rápidamente sin siquiera mirar los números y esperó mientras los beeps sonaban eternos como si no existiera separación entre tono y tono... (levantando el auricular) -Hola? -Necesito hablar contigo en persona.. -Ya te dije que no quiero volver a hablar contigo, mucho menos volver a saber de ti... Si en verdad tienes un poco de respeto, olvídate de mí, vive tu vida con él y NUNCA, nunca más me vuelvas a llamar, entiendes? -Pero.. -¡¡Olvídalo!! Gritó él... Ella tomó con ambas manos el auricular mientras suspiraba acariciándolo como si fuera la mejilla de Alex mientras se acomodaba el cabello detrás de la oreja -Buenas noches Alex.. -Adiós Ana.. Alex colgó el teléfono mientras frotaba sus ojos y quitaba el cabello de su frente mientras buscaba una explicación que nunca encontraría... Ana se levantó del sillón, tomó las llaves que colgaban de un llavero en la pared y salió de su departamento esperando encontrarlo aún en su casa.

México, DF.. Colonia Roma. Noviembre 8, 2011 6:23 pm Calle Orizaba. Miró su reloj y faltaban solo siete minutos para que ella apareciera.. el café que había ordenado ya estaba comenzando a enfriarse mientras sujetó nuevamente la taza con ambas manos mirando de reojo el reloj que se asomaba por la manga de la camisa azul marino que a ella tanto le gustaba... girando la cabeza en dirección hacia la calle, observó como ella cruzaba la calle entre un vw rojo bermellón y un honda accord blanco.. volteó nuevamente hacia su café, tomó un sorbo, se limpió con la servilleta la boca e intentó disimular el hecho de que estuvo mirándola cruzar la calle como esa primera vez cuando se conocieron.. se levantó mientras ella dejaba su bolso sobre la mesa y giraba la cabeza para recibir lo que sería el primero o el último beso de los tantos que soñó en las mil y un situaciones que podrían pasar por el resto de su vida, junto a ella...